La rueda de prensa fue para informarnos que esa obra la había pedido la ciudadanía.
POR ROBERTO MESTIZO CHÁVEZ, DIARIO ABC DE MICHOACÁN, 28 DE ABRIL DE 2024.
URUAPAN, MICH.- Un día después de que en la plaza Morelos se realizara un magno evento para anunciar y presentar a la empresa ganadora en la licitación para la construcción del polémico teleférico de esta ciudad, la secretaria de desarrollo urbano del Gobierno del Estado, Gladys Butanga, acompañada del entonces coordinador de la Cocotra o director del Instituto Estatal del Transporte, Juan Daniel Manzo Rodríguez, ofreció una conferencia de prensa en las instalaciones de la presidencia municipal.
La rueda de prensa fue para informarnos que esa obra la había pedido la ciudadanía para resolver los problemas de movilidad en la mancha urbana, y era resultado de unos foros organizados por la secretaria mencionada y coordinados por el Instituto de Planeación Municipal, y se nos habló de todas las bondades del teleférico, entre ellas que no le costará un solo centavo al municipio, pues el costo de la obra será absorbido por el gobierno del estado; ese teleférico atraerá más turismo a Uruapan; las áreas aledañas a las seis estaciones de esa via de comunicación serán objeto de más obra pública, la que sea necesaria, para que el sitio esté al nivel de las ciudades del primer mundo; se utilizará «energía limpia»; creará fuentes de empleo, entre otras.
En otra ocasión comentaré lo que respondí a esos argumentos; ahora, quiero señalar que casi al final de la conferencia de prensa hice dos preguntas: ¿Por qué no socializaron el proyecto? Es decir, ¿Por qué lo tenían y lo tienen como si fuera algún secreto de estado?, al grado de que ni el presidente municipal lo conoce bien, o al menos eso dice. La segunda más que una pregunta fue una solicitud, ¿Podría mostrarnos los estudios de mecánica de suelo?
A la primera pregunta la funcionaria estatal aseguró que en pocos días se daría a conocer a detalle el proyecto, pero de eso hace no menos de cinco meses, y no ha cumplido.
Sobre los estudios de mecánica del suelo, pues con el respeto que se merece la funcionaria, pero creí y aún creo, que no sabe lo que es eso, pues su respuesta fue que aún no se hacían, pero los haría la empresa ganadora de la licitación, que si mal no recuerdo, tiene su sede en Europa.
Imaginen mi cara de sorpresa e incredulidad.
Cuando una obra publica se adjudica , ya sea por licirscion abierta, por invitación o sea de manera directa, las empresas concursantes deben presentar un proyecto técnico, en el que señala la forma en que se ejecutará el proyecto, incluyendo un calendario de obras, y además presenta también el proyecto económico, en el que se especifican todos los gastos que se contempla hacer, hasta el de un clavo.
Un estudio de mecánica de suelos no es barato, y menos cuando se trata de obras de la magnitud de un teleférico. Sencillamente, no cuesta lo mismo el cimiento de un aula escolar, que el de una estación de servicio o una torre para el teleférico. Dependiendo del tipo de terreno debe ser el cimiento.
Además, señalé que Uruapan tiene suelos muy especiales. Por ejemplo, el de la estación que se piensa construir en la zona poniente, donde se empezó a construir un mercado pero jamás se concluyó, es un malpais, casi pura roca, pero con pasadizos internos. El problema allí es que para los cimientos se debe dinamitar y además una estación de servicio o una torre, no pesa una tonelada, y abajo de esas lajas de piedra hay manantiales que alimentan al río Cupatitzio, que pueden verse perjudicados, y consecuentemente, todos los uruapenses y la gente que vive al sur de este municipio.
En la zona centro, en lo que conocemos como el Uruapan antiguo, las redes de drenaje y agua potable, con tubos de cemento o de asbesto, se instalaron hace más de setenta años, y para nadie es un secreto que desde hace unas dos décadas, esa tubería se viene fracturando, por lo que los líquidos escurren bajo el asfalto o pavimento y terminan por provocar tremendos pozos. En esa zona, el subsuelo está lleno de cuevas.
Y la zona poniente es un área de pantanos. Con suelos inestables. De allí la importancia del estudio de mecánica de suelos, que aún no se conocen.
Pero además, según empieza a verse, porque el proyecto jamás ha sido dado a conocer, éste está elaborado «a huevo» y debe encajar sea como sea. Por eso es que existen torres que se instalarán a media calle.
El primer caso conocido es el de la calle Juan Delgado, a un costado de plaza La Ranita, dónde los vecinos, al ver a topógrafos trabajando afuera de sus inmuebles, preguntaron y les dijeron que a media calle se instalará una torre, con pivotes de 17 metros de profundidad y 42 metros de altura. Cómo se trata de la zona centro, seguramente antes de los diez metros encontrarán alguna cueva.
Pero además, las casas aledañas tienen más de cien años de antigüedad, se ha invertido una gran cantidad de recursos en el rescate de esos inmuebles, que seguramente se dañarán estructuralmente al preparar el terreno para la torre, además de que el tráfico vehicular tendrá que desviarse haciendo más pesada la carga para calles aledañas.
En una colonia de la zona centro oriente, antes del libramiento, los vecinos empiezan también a inconformarse, pues otra torre se instalará a media calle, quejándose además de que diez metros abajo del pavimento existen mantos freáticos y de que la maquinaria que se utilizará dañará la estructura de sus viviendas.
Posiblemente en más calles los vecinos estarán también molestos.
Lo peor es que ya estoy escuchando a las autoridades decir, en alguna conferencia de prensa que «las torres van, porque van». Así lo dijeron cuando se protestó contra el proyecto de un nuevo mercado en Pátzcuaro, y el mercado se construyó. Cuando aquí se protestó por el teleférico, se dijo igual y pese a no tener el consenso de la población, ya se empezó a trabajar en las obras.
No hay entonces que pensarlo mucho: «LAS TORRES VAN…PORQUE VAN».