Morelia, Mich. – El Tren Maya, uno de los proyectos más emblemáticos del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ha recibido una enorme cantidad de recursos públicos de todos (ricos y pobres) para su operación. Desde su inauguración en diciembre de 2023 hasta el tercer trimestre de 2024, el proyecto ha recibido 11,862 millones de pesos en subsidios, mientras que los ingresos generados por la venta de boletos y productos relacionados apenas alcanzan los 134 millones 940 mil pesos, lo que representa solo el 1.1% de los recursos públicos destinados a su funcionamiento.
Esta situación plantea serias dudas sobre la viabilidad financiera del Tren Maya. Los ingresos derivados de su actividad, como la venta de boletos a pasajeros y la comercialización de souvenirs, no son suficientes para cubrir los costos operativos, los cuales ascienden a aproximadamente 168 millones de pesos por trimestre. A pesar de haber movilizado a un total de 369,931 pasajeros en 2024, con un máximo de 81,000 pasajeros en el mes de agosto, el ferrocarril no ha logrado generar los ingresos esperados para cubrir sus gastos.
El proyecto ferroviario, que atraviesa cinco estados en el sur y sureste de México, enfrenta además un panorama complejo con un déficit significativo. Al cierre de 2023, el Tren Maya reportó un faltante de 578 millones de pesos, necesarios para cumplir con sus obligaciones a corto plazo. La relación de capital de trabajo indica que solo puede cubrir el 5% de sus deudas, lo que aumenta la preocupación sobre su capacidad para mantenerse a flote sin una constante inyección de recursos públicos.
A pesar de la creciente inversión en la infraestructura del Tren Maya, los informes gubernamentales indican que los subsidios han sido esenciales para no solo cubrir los costos operativos, sino también para continuar con la construcción de tramos aún pendientes, como los tramos 6 y 7, así como la conclusión de otras instalaciones complementarias. El gobierno sigue destinando grandes cantidades de dinero al proyecto, lo que plantea interrogantes sobre el uso eficiente de estos fondos, especialmente en un contexto económico donde las prioridades financieras podrían ser otras.
El gobierno ha justificado la asignación de subsidios al Tren Maya por su importancia para el desarrollo económico del sur y sureste de México, así como por los beneficios turísticos y sociales que promete generar. Sin embargo, el bajo nivel de ingresos y la necesidad constante de subsidios refuerzan la percepción de que el proyecto enfrenta dificultades para alcanzar la rentabilidad que se espera de un emprendimiento de esta magnitud.