Victimas y familiares continúan en espera de justicia.
Por Saraí Rangel
Morelia, Mich.- María Encarnación Dimas López, es una de las víctimas y sobrevivientes del atentado con granadas, la noche del 15 de septiembre de 2008, quien cada día revive ese trágico momento, pues las lesiones derivadas de las explosiones le dejaron secuelas que le han impedido retomar su vida al cien por ciento.
Han transcurrido 17 años, desde que Encarnación acudió con su esposo a la ceremonia del Grito de Independencia que encabezó el entonces gobernador Leonel Godoy Rangel, cuando el estruendo del estallido de las granadas se confundió con el de los fuegos pirotécnicos y pasó desapercibido para muchos, excepto, un grupo de personas ubicadas en la plancha de la Plaza Melchor Ocampo.
«Gracias a Dios mis hijas se quedaron dormidas, ellas iban a asistir junto con nosotros y mis papás, que bueno que no vinieron, hubiese sido peor», relata que su esposo duró ocho meses en cama debido a las heridas, una de ellas a 3 centímetros del corazón, «estamos vivos de milagro, pero nos marcaron para toda la vida».
Para María Encarnación, el hecho de estar vivos es un regalo de Dios, una oportunidad que agradecen, sin embargo, las secuelas, han mermado su calidad de vida y le impiden llevar a cabo su profesión, lo que merma sus ingresos económicos.
«Dos años estuvimos muy bien en cuestión de atención de salud, conforme pasaron los años como que nos fueron olvidando, ya no contamos con ayuda médica, ni económica, no nos alcanza porque ya no podemos trabajar al mismo ritmo, ese suceso nos marcó para toda la vida».
María Encarnación Dimas, hoy puede contar su historia, un recuerdo vivo de las personas que sufrieron a su alrededor y lamentablemente perdieron la vida, «recuerdo a mi esposo tirado, que yo como pude lo levanté, aun como estaba lesionada, lo recuerdo con mucho dolor y mucha tristeza».
A pesar de que la carpeta de investigación de continúa abierta, a casi 2 décadas, aún no hay justicia por los hechos, pues no se ha dado con los responsables del atentado, que en su momento se catalogó como un acto de terrorismo, que marcó para siempre a los habitantes de Morelia.
La exigencia continúa, que encuentren a los culpables y les hagan pagar por lo que les hicieron.
