Apatzingán, Mich.- En un encuentro con productores de limón y sociedad civil organizada, el presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo, y el líder citricultor Bernardo Bravo, abordaron las urgentes problemáticas de inseguridad, abandono gubernamental y crisis económica que afectan a la región.
Bernardo Bravo, presidente de la asociación de limoneros, destacó la importancia de la organización y la exigencia de seguridad al señalar que

«las causas estructurales son la seguridad. Si no tenemos tranquilidad, no podemos trabajar. No podemos ir a nuestros huertos si no hay certeza de regresar vivos. Hoy tenemos víctimas, huérfanos y viudas por violencia ajena a nosotros».
Criticó además al gobernador Alfredo Ramírez Bedolla por su insensibilidad:
«No entendemos por qué el gobernador se burla, nos llama ‘mañosos’ y niega el desplazamiento forzado de miles en el sur de Apatzingán cuando «esas víctimas existen».
Un productor del ejido El Pino tomó el micrófono para denunciar la crisis social:
«¿Qué está pasando? En los hospitales no hay medicinas; había un muchacho con cáncer en el cerebro lo dejaron morir. Los precios del limón no alcanzan, las camionetas están llenas de lodo y no hay para placas. ¡Estamos hasta la madre de mentiras!».
«Si no apoyamos a líderes como Carlos Manzo, no los dejarán llegar. Se trata de organizarnos. Ya no queremos pelear entre nosotros, sino trabajar en paz».
El presidente de Uruapan, Carlos Manzo, aseguró que su gobierno rompe con esquemas de corrupción y ofreció alianza a Apatzingán:
«En Uruapan ya no habrá extorsiones policiales. Si un transitó los molesta, mándenlo a la chingada. Yo mismo lo corro. Los gobiernos deben separarse del crimen y servir con honestidad».
Sobre los riesgos de su visita a una zona conflictiva, declaró:
«Me dijeron: ‘No vayas, te pueden matar’. Pero el miedo es para cobardes. Vengo porque tengo la conciencia tranquila y porque Michoacán necesita unión».
Manzo también propuso impulsar la comercialización del limón en Uruapan mediante exposiciones y proyectos procesados (nieves, pays), respaldados por su Secretaría de Fomento Económico.
Un llamado a la acción
El evento cerró con un llamado a la organización ciudadana y la defensa de los derechos de los productores. «Si los agricultores paramos, el país no come», advirtió Bravo, mientras los asistentes coreaban un «¡Sí se puede!».
Con esta reunión, los citricultores de Apatzingán y Uruapan refrendaron su lucha por seguridad, justicia y un mercado libre de abusos.