Morelia, Mich.- Un nuevo frente de confrontación se abrió entre el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, luego de que el organismo internacional recortara drásticamente su proyección de crecimiento para el país en 2025.
En su más reciente actualización del World Economic Outlook, el FMI ajustó su previsión de crecimiento para México, pasando de un 1.4% estimado en enero a una contracción del 0.3%. El organismo atribuyó este cambio principalmente a los efectos negativos de los nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos sobre productos mexicanos, situación que amenaza con impactar el comercio y las inversiones.
Ante esta revisión, Claudia Sheinbaum reaccionó de inmediato durante su conferencia matutina, rechazando el pronóstico pesimista del FMI. “No sabemos en qué se basa. No estamos de acuerdo”, declaró, afirmando que las proyecciones económicas de su gobierno, basadas en modelos elaborados por la Secretaría de Hacienda, prevén un crecimiento entre 1.5% y 2.3% para 2025, muy por encima de la contracción anticipada por el FMI.
La presidenta sostuvo que el gasto público será una herramienta clave para sostener la economía mexicana frente a las presiones externas, y minimizó el impacto de los aranceles estadounidenses, señalando que la estrategia fiscal interna fortalecerá la demanda y protegerá el mercado laboral.
¿Cómo estima el FMI las proyecciones económicas?
El Fondo Monetario Internacional construye sus previsiones a partir de una metodología compleja que combina:
- Modelos macroeconómicos: Simulan el comportamiento de variables como consumo, inversión y comercio exterior ante distintos escenarios globales y nacionales.
- Análisis estadístico: A través de series históricas y técnicas de econometría, identifica patrones de crecimiento y predice tendencias futuras.
- Juicio experto: Sus equipos de economistas ajustan las proyecciones tomando en cuenta el contexto político, social y económico de cada país.
Para el caso de México, el FMI ha considerado factores como los aranceles de EE. UU., una posible desaceleración económica estadounidense, políticas monetarias restrictivas y limitaciones de capacidad en sectores clave como el manufacturero.
El organismo también presta especial atención al entorno internacional: precios de materias primas, tasas de interés globales y aversión al riesgo en los mercados financieros, factores que también influencian las expectativas de crecimiento.
Un debate que refleja visiones opuestas
La tensión entre el FMI y el gobierno de Sheinbaum no solo evidencia diferencias técnicas, sino también de enfoque. Mientras el FMI pone énfasis en riesgos externos y vulnerabilidades estructurales, la administración mexicana confía en la resitencia del mercado interno y en políticas fiscales expansivas para sortear el difícil panorama global.
Este choque de perspectivas ocurre en un momento clave, ya que México enfrenta retos importantes en materia de comercio exterior y estabilidad financiera, que marcarán el ritmo de su economía en el corto y mediano plazo.
