Eclipse es un cuarteto que combina el jazz contemporáneo, tanto vocal como instrumental.
POR REDACCIÓN, DIARIO ABC DE MICHOACÁN, 1 DE JUNIO DE 2024.
Morelia, Mich. – El grupo “Eclipse”, procedente de la Ciudad de Mèxico, resultó ganador del Concurso Nacional de Ensambles Estudiantiles de Jazz, que en este año llegó a su décima segunda edición.
Eclipse es un cuarteto que combina el jazz contemporáneo, tanto vocal como instrumental, con las sonoridades y los ritmos de distintos folklores latinoamericanos, de entre los que destacan la canción mexicana y la canción brasileña.

Formado en 2023 entre colegas estudiantes de la Escuela Superior de Música, está conformado por: Alejandro González Santiago en el piano y dirección, y Bernardo Ávalos Rosas en el contrabajo, ambos de 4to año; Sandra Daniela López Chávez en la voz, de 3er. año; y Javier Tovar Cruz, en la batería, de 1er. año.
Como ensamble, han tenido ocasión de presentarse en distintos recintos de la zona metropolitana de la capital del país, tales como NC Arte y Café, en el Estado de México; la Sala Angélica Morales de la Escuela Superior de Música, plantel Fernández Leal como parte de la cartelera de sus Miércoles de Jazz, y en los centros culturales El Bodhí y Afrogatto Coffee & Music.
A decir de ellos mismos, el haber ganado este concurso los coloca a otro nivel y les abre las puertas para seguir conquistando espacios de prestigio, además de que les da la oportunidad de intercambiar experiencias con grupos profesionales, como en este caso, que tuvieron la oportunidad no sólo de abrir el concierto del grupo femenil “Siena”, sino de “aventarse un palomazo”, que por cierto fue muy aplaudido por el público asistente a la segunda jornada del Jazztival Michoacán.
Tal como lo marca la convocatoria, el grupo “Eclipse” recibió un premio en efectivo por la cantidad de 10 mil pesos.
Con actividades de este tipo, el Jazztival Michoacán continúa estimulando la participación de jóvenes valores y fomentando aún más el gusto por el jazz.
“aventars
,Dos de los más grandes músicos contemporáneos de Cuba, Roberto Vizcaíno y Gabriel Hernández, regalaron una gran velada al público asistente al concierto inaugural del Jazztival Michoacán 2024, realizado la noche del jueves en la Casa de la Cultura de Morelia.
Previo al inicio del concierto se tuvo lugar un breve acto protocolario en el que la secretaría de Cultura de Michoacán, Tamara Sosa Alanís, reconoció la incansable labor realizada por el maestro Juan Alzate para hacer del Jazztival uno de los encuentros más renombrados en su género. También recordó que el director y fundador del Jazztival está cumpliendo 45 años de trayectoria artística, lo que habla de su pasión por el saxofón, el jazz y la enseñanza.
Por su parte, el fundador y director del Jazztival agradeció a la Secretaría de Cultura del Estado el apoyo brindado para que este encuentro anual permanezca, pues se ha convertido, dijo, en un referente para los amantes del jazz, así como para los compositores y ejecutantes y, principalmente, para los jóvenes estudiantes que están interesados en incursionar en el género.
Acto seguido inició el banquete musical, mismo que estuvo compuesto por una docena de piezas tanto de Vizcaíno y Hernández, como de compositores clásicos del jazz, pero también de la música auténticamente tradicional de Cuba.
Pianista y percusionista entablaron diálogos, no sólo hablados, al rememorar diferentes etapas de su vida como músicos, sino diálogos sonoros que condujeron a los presentes a través de un camino habitado por diferentes estados de ánimo, pero todos colmados de dulzura, de amor y de sensibilidad, esa sensibilidad que sólo despierta ante las notas y compases de la música que se ejecuta con las manos, pero se interpreta con el corazón, según lo declararon los propios músicos.
Y mientras los intérpretes sumergían al público en un mar sonoro, Samuel Díaz Gaona, fundador del taller de gráfica MAPECO de Uruapan, realizaba un ejercicio plástico bajo la técnica de acrílico sobre craff, inspirado en las notas salientes del piano y los timbales, esbozando líneas, trazando “garabatos”, llenando el vacío con colores cálidos, contrastantes, hasta terminar en una obra de arte bautizada por el propio autor como “Con la música por dentro”, misma sensación con la que culminó una noche de jazz que el público agradeció con el consabido “otra, otra”, al que Roberto Vizcaíno y Gabriel Hernández accedieron con gentileza porque, dijo Vizcaíno “sin público no habrí
a Jazztival”.