El impacto del uso de medios digitales es “multifactorial” y afecta áreas como el sueño, la alimentación, la actividad física.
CDMX.- La Asociación Española de Pediatría (AEP) ha actualizado sus recomendaciones sobre el uso de pantallas en niños y adolescentes, basándose en nueva evidencia científica. La AEP insta ahora a restringir completamente el uso de dispositivos digitales hasta los seis años, subrayando los efectos negativos que el uso excesivo de pantallas puede tener en la salud de los menores. Esta actualización se difundirá próximamente en un artículo en Canales de Pediatría y en la web del Plan Digital Familiar.
Según María Salmerón, coordinadora del grupo de trabajo de Salud Digital de la AEP, el impacto del uso de medios digitales es “multifactorial” y afecta áreas como el sueño, la alimentación, la actividad física, el riesgo cardiovascular, la fatiga visual y el volumen cerebral, lo que repercute negativamente en la calidad de vida de los niños y adolescentes. Además, los estudios recientes destacan la relación entre el tiempo de pantalla de los padres y el de sus hijos, especialmente durante las comidas o en el dormitorio, lo que genera problemas como rabietas y una mayor exigencia de dispositivos para calmarse.
Evidencias científicas sobre los efectos del uso de pantallas.
Los nuevos estudios confirman que el uso de dispositivos digitales tiene impactos negativos en el neurodesarrollo a distintas edades. En niños pequeños (de uno a cuatro años), el uso de teléfonos para premiar o distraer a los niños fomenta la dependencia de los dispositivos para calmarse, lo que les dificulta desarrollar estrategias de autogestión. En la adolescencia, el uso de pantallas aumenta la activación de la región límbica del cerebro, disminuye la actividad frontal y se asocia con una peor capacidad para filtrar distracciones y un aumento de la impulsividad, lo que reduce la memoria de trabajo.
Salmerón también destacó la importancia de la familia en la protección contra los efectos de las pantallas, pero advirtió que no toda la responsabilidad debe recaer únicamente en los padres. La AEP instó a las administraciones públicas a aprobar medidas para combatir el uso excesivo de pantallas, considerando que es necesario declarar este problema como «un problema de salud pública», especialmente para proteger a los menores de colectivos vulnerables.
