Por Guillermo Cerda León
Uruapan, Michoacán.- A pesar de que la inflación anual en México se mantiene ligeramente abajo de 4 puntos porcentuales (3.9%) y el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) muestra ligeras variantes desde la llamada “cuesta de enero” a la fecha, el costo de la canasta básica aún sigue siendo el “vía crucis” para muchas familias.

Los 278 pesos y 80 centavos que gana por día un trabajador o trabajadora dentro del margen de salario mínimo vigente, simplemente no alcanza para sufragar los gastos cotidianos de alimentos, transporte, servicios como electricidad, gas y medicamentos cuando alguien de casa enferma.
Ciudades como Uruapan, presentan un fenómeno económico y social distinto, debido a la intensa actividad agrícola y de agroindustria por el cultivo de aguacate.
Un jornalero (cortador) percibe mínimo 400 pesos diarios, otros hasta 600, dependiendo de la ubicación de la huerta y las condiciones de terreno, situación que le permite a este sector aligerar el peso de la inflación.
No obstante, no todos, se emplean en la actividad aguacatera y al no poder obtener ingresos de unos 500 pesos mínimo, buscan otro empleo compatible a sus tiempos o de plano, su pareja también trabaja fuera, de casa para apoyar en los gastos.
La polarización de esa economía (sueldos bajos y otros al extremo más altos), deriva en un inestable índice de precios, sobre todo en los costos de los alimentos básicos.
En la primera quincena de abril, la inflación anual se ubicó en 3.96%, ligeramente superior a la tasa de 3.93% anual reportada en la segunda mitad de marzo.
Pero las amas de casa o los padres en general, no observan las estadísticas, solo resienten el impacto cotidiano de los aumentos graduales.