América Juárez Navarro
Morelia, Mich.- «No les puedo decir buenos días porque no son buenos días», señaló la madre de Pablo, Mayra Alejandra, quien salió en defensa de su hijo, quien a los 15 años y un mes perdió la vida por una mina terrestre en una localidad de Apatzingán.
La madre exigió una disculpa pública a nombre de su hijo, señalando que así como fueron buenos para difamar, deberían «reivindicar» a su niño, quien estuvo trabajando en la cabaña y que están equivocados. «Yo les exijo que me den una disculpa a nombre de mi hijo, porque no fueron buenos; más que nada, supieron lo que le pasó a mi niño y no fueron buenos para preguntar en mi casa o tratar de comunicarse. No fueron buenos para preguntar: ‘Oiga, ¿qué le pasó a su hijo? ¿A qué se dedicaba?’ Nada. Lo único que hicieron fue apalear a mi hijo, pero yo estoy aquí para mi hijo y yo siempre lo he defendido, y aunque no esté, no dejaré de defenderlo», mencionó.
La mujer señaló que su hijo tiene madre para defenderlo y que no será la última vez que lo haga. Exigió al Gobierno del Estado que pida una disculpa públicamente, que se retracten y reconozcan que fue un error, que se equivocaron y que su hijo era un campesino.
«Ellos tienen muchas tecnologías para quitar esas minas, tienen mucho gobierno. ¿Por qué, en vez de que ella esté sentada donde está, no va conmigo? Que vaya conmigo donde está el cuerpo de mi niño. Que vaya conmigo para que sienta lo que sintió mi hijo. Que se ponga tantito en mi lugar. Yo, que soy madre, ella ha de ser madre, y yo se lo dije claramente a una hermana mía: a ninguna madre le deseo lo que me pasó a mí, porque es un dolor muy grande enterrar a un hijo, y más que nada, mi hijo apenas empezaba a vivir y no merecía una muerte así. Y, claramente, les voy a comentar, aparte de ellos, el gobierno sabe dónde están las minas, ¿por qué no se ponen a trabajar? Para eso se les paga, no para que nomás estén sentados. Que se pongan a trabajar, ¿por qué? Valen más muertes que mi niño, fue un campesino, fue un maestro, fueron militares, ¿qué quieren que haya? Que haya nomás muertes, ¡ya basta!», expuso.
La madre se abrió ante los medios de comunicación y refirió que cuando fue entregado el cuerpo de su hijo, no se lo entregaron completamente. Si bien la mina explotó, se lo entregaron en pedacitos. Llegó el gobierno y se fue, y todos los que le dijeron cuando iba a recuperar el cuerpo que no se estaba entregando completo.
«El cuerpo se hizo pedazos; anduvimos recogiendo lo más que pudimos, porque anduvimos recogiendo los pedacitos del niño. Explotó otra mina y, claramente, les dio miedo recoger el resto del cuerpo de mi niño. Quiero que sepan que mi niña ahí quedó y quedaron más cuerpos, y el gobierno sabe claramente que ahí hay más minas», expresó.
La señora Mayra también se fue contra la actual presidenta municipal de Buenavista, al sostener que tiene «gente, soldados y de la Marina especializada para trabajar en sacar las minas». Pidió que se pongan a trabajar porque «mientras ella está a gusto en su casa sentadita, la vida de los ciudadanos no se recupera; mientras a ella no le pasa nada, a nosotros no le importamos», mencionó.
La señora describió que Pablo no tuvo papá; ella fue padre y madre. A los 10 años se separó de su esposo, y después se iban a cortar limón y, aunque siguió yendo a la escuela y a trabajar, ya no continuó sus estudios en la secundaria, y en Apatzingán se vendían limones en bolsitas.
