Pareciera que nadie supervisa esa obra, pues hay días en que nadie se presenta a laborar.
Roberto Mestizo Chavéz
URUAPAN, MICH.- Luego de siete meses de supuesto trabajo, la construcción del puente vehicular en el cruce de Libramiento Oriente y la Calzada La Fuente no presenta mayores avances, y la gente teme que sea una obra cuya conclusión se de hasta el año entrante.
Dicha obra, a cargo del Gobierno del Estado a través de la Secretaría de Obras Publicas y Movilidad ( SOP), cuyo titular es Rogelio Sarazua Sánchez, fue licitada y otorgada a la empresa Hersa, de la capital del estado, que se ha dedicado sobre todo a la construcción de viviendas, más tiene casi nula experiencia en obra carretera.
Sin arranque oficial alguno, los trabajos de ese puente, que en teoría agilizará considerablemente el tráfico vehicular y dará mayor seguridad a los peatones que por allí transiten, iniciaron en agosto del año pasado.
Pero a prácticamente siete meses de ese inicio, el avance es casi nulo, limitado a remover la carpeta asfáltica del carril oriente -sur a norte-, y nada más.
Desde agosto, se cerró a la circulación vehicular un tramo de unos 800 metros lineales del carril oriente de Libramiento Oriente, y desde entonces el musno tramo, pero del lado poniente, está habilitado como carril en ambos sentidos. Lógicamente, se hacen grandes conflictos vehiculares todos los días.
Para choferes y automovilistas, «es increíble que ni siquiera se haya podido habilitar un carril de sur a norte, dejando libres para norte a sur sus dos carriles».
Para ellos, el problema consiste en que no se está trabajando en esa obra.
«Con apenas dos maquinitas y diez trabajadores, no se puede exigir mucho avance, y menos cuando hay días enteros en que nadie labora», denunciaron.
Esa obra se está convirtiendo en un «monumento a la irresponsabilidad», agregaron, diciendo que al parecer a nadie le importa, pues «no hemos visto a alguien que la supervise, a excepción del día que vino el gobernador».
Se dijo que esa apatía no solamente afecta a chóferes y automovilistas, sino también a cientos de alumnos que acuden a escuelas cercanas, a diversas microempresas ubicadas en esa zona, que han visto derrumbarse sus ventas, y a cientos o miles de familias que habitan en colonias aledañas, quienes se ven impedidas de trasladarse a otras partes.
«Sabemos que al final, estas obras serán de gran beneficio y debemos hacer algún sacrificio, pero se están pasando en esta ocasión».
