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Todos somos culpables.

Trágico accidente deja dos personas muertas.

 

POR ROBERTO MESTIZO CHÁVEZ, DIARIO ABC DE MICHOACÁN, 09 DE OCTUBRE DE 2024.

Uruapan, Mich. – El domingo 6 de octubre, conforme íbamos despertándonos, nos enterábanos de una de las noticias más tristes que recordemos: antes de las ocho de la mañana se había registrado un trágico accidente, en el cual dos personas fallecieron en el lugar y una tercera en un hospital, al paso de las horas.

 

Para hacer mayor la tragedia, en el accidente habían participado un taxi, en el que viajaban el conductor y dos mujeres, se dice que ambas trabajadoras de un empaque de aguacate. El otro vehículo era una vagoneta BMW, 2018, conducido por un joven de 23 años de edad, presuntamente en estado de ebriedad, que manejaba a exceso de velocidad y al no respetar el alto de un semáforo, impactó al taxi

 

En base a esos datos, pues por supuesto que el culpable del accidente fue el «junior borracho, hijo de papi, acostumbrado a la impunidad gracias al dinero de su familia».

 

El taxista, de menos de 50 años de edad, dejaba en la orfandad a tres hijos. Las otras dos víctimas eran dos mujeres que se dirigían a trabajar en un día en que, indudablemente, hubieran deseado disfrutar en compañía de su familia. Pero nadie vive de puro aire, y hay que hacer sacrificios para llevar el pan y la sal a las mesas.

 

En el transcurso de la tarde, se difundieron más aspectos del junior: no solamente iba en estado de ebriedad, sino que además andaba «trabado», lo que indicaba que estaba bajo el influjo de alguna droga, había estado participando en unos arrancones ilegales, y al momento del accidente , venía de la cantina más grande de Uruapan, la que todos los fines de semana se instala en la avenida Francisco Villa, entre Bellas Uruapenses y 16 de Setiembre.

 

Pocos fueron los que se atrevieron en redes sociales a hacer un llamado a la cordura, y esperar a conocer el dictamen de la gente especializada en esos temas, los peritos, pues.

 

El alcalde, Carlos Manzo, emitió un mensaje en el que externaba su solidaridad con todas las víctimas, ofreció respaldo legal y económico a las víctimas, y dijo que hasta donde fuera posible, estaría al pendiente de que se hiciera justicia y se aplique todo el peso de la ley a quien o quienes resulten responsable (s).

 

Así que cuando en las horas siguientes una página, de la cual no identifico a su totuksry, responsable o como sea se llame, pública tener conocimiento, no confirmado,de que el muchacho había sido liberado y llevaría su proceso judicial desde su domicilio, pues una gran cantidad de sus lectores se fueron contra las autoridades vendidas, recalcando hasta el cansancio que el muchacho ni siquiera merecía un juicio, que en el vídeo que se había repetido en incontables ocaciones, quedaba en claro que se había pasado a exceso de velocidad un alto de un semáforo, había embestido al taxi y tres personas habían fallecido, y de eso el era EL UNICO RESPONSABLE

 

Aquí quiero hacer un paréntesis y expresar mis públicas condolencias a las familias de los fallecidos, y mi solidaridad con TODOS los implicados.

 

En este espacio me referiré a los aspectos morales, los principios, la conciencia, la responsabilidad, etc., del caso, y en otra ocasión hablaré de los aspectos legales.

 

El joven que conducía la camioneta BMW es EL ÚNICO RESPONSABLE. ¿En serio? ¿Porque ese joven de apenas 23 años de edad conducía en estado de ebriedad a las ocho de la mañana de un domingo? Hasta esa hora vivía en la casa paterna, era hijo de familia, y con 23, 16, 25 o cualqtier edad que tuviera, dependía aún de sus padres. ¿Qué clase de padres son aquellos que tranquilamente permiten que sus hijos tengan esas conductas?

 

Claro que soy de otra generación, pero mi padre siempre me exigió que si iba a algún lado y tomaba de más, dejará el vehículo en ese lugar y tomara un taxi para regresar a casa. Al día siguiente iríamos por el auto, y si no lo encontrábamos porque se lo hubieran robado, no esperara aplausos, aunque se cualqtier manera se repondría, «pero si te vienes manejando y tienes un accidente y te pierdo, a ti, ¿Cómo te repongo, cómo te reemplazo?»

 

El taxista no tuvo la culpa, pues tenía la luz del semáforo en verde y podía cruzar la calle. ¿Quién les dijo eso? He tomado algunos cursos de manejo a la defensiva, y en el primero de ellos la pregunta inicial era: «la línea que está pintada a la mitad de las carreteras, te evita un accidente?» El 85 por ciento de los asistentes contestaba que si, que esa línea protegía de un accidente. La realidad es que esa línea es solamente un acotamiento que te indica si es prudente o no lo es rebasar en ese momento al vehículo que va delante del tuyo, pero no te protege de nada.

 

Igual con los semáforos, que sirven para controlar el tráfico vehicular, pero no te garantizan que no tendrás un accidente. Lo correcto, aunque tengas luz verde, es disminuir la velocidad de tu auto y no cruzar la calle hasta que tengas la certeza de que no hay riesgo de que otro automóvil golpee el tuyo. Lamentablemente el domingo vimos que un semáforo, no sirve de mucho.

 

¿Hace cuánto que los taxistas no son debidamente capacitados? ¿Alguien ha ido en un taxi cuyo conductor va hablando por teléfono celular y si le dices que eso no está permitido te responde que no hay problema porque utiliza el «sin manos», así que tiene bien sujetado el volante? Imposible hacerles entender que el problema no es que tenga el celular en sus manos, sino que por ir conversando no tiene la atención puesta al 100% en su tarea, y por eso pone en riesgo la vida de sus pasajeros.

 

¿Ha tratado de poner una queja en la base del taxi cuyo conductor puso su vida en riesgo? ¿Lo ha intentado en las oficinas del Instituto del Transporte en Michoacán? ¿Cómo le ha ido, la respuesta fue la que usted esperaba?

 

¿Ha sido testigo del momento en que un taxista «se arregla» con un agente de tránsito para que no lo infraccione?

 

Pues todos ellos son los verdaderos responsables de lo sucedido el domingo, por haber aprendido a ver lo irregular como algo normal. Y los que ni siquiera hemos protestado al ver esas anomalías, también somos responsables.

 

Si de algún modo u otro, todos hemos sido cómplices, ¿Quién se atreve a tirar la primera piedra?

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