Por Roberto Mestizo Chávez
Uruapan, Mich.- Miles de uruapenses despidieron ayer al alcalde, Carlos Alberto Manzo Rodríguez, en medio de la tristeza, coraje e indignación, pero a la vez su compromiso de continuar con su lucha para construir una sociedad justa, sin violencia y lejana a la delincuencia.
Fueron dos manifestaciones públicas las que reunieron a uruapenses de todos los estratos sociales, en una cantidad pocas veces vista en actividades similares.

Por la mañana, pasadas las once horas, un gran contingente del que formaron parte familiares, colaboradores en el gobierno municipal, simpatizantes del Movimiento del Sombrero, salieron de las salas velatorias de Funeraria San José, para dirigirse al centro de esta ciudad, donde al pie del monumento a Morelos, le rindieron un homenaje póstumo.
A su paso, el enorme contingente gritaba consignas exigiendo justicia y asegurando que su muerte no sería en balde y continuarán su lucha.
Por la tarde, a las 16 horas, inició una marcha que tuvo como destino el templo de San Francisco, donde a las 17 horas se ofició una misa de cuerpo presente.
Al menos unas dos mil personas participaron en esta marcha, la mayor parte de la clase media alta, quienes coincidieron en las consignas de los manifestantes de la mañana.
Al llegar al centro, hicieron una parada en su marcha, a la espera de que terminara la misa de cuerpo presente, para finalmente, en un solo grupo, ambos contingentes acompañaran a Carlos Manzo a su última morada, en el panteón municipal San Juan Evangelista.
Manifestaciones que sin lugar a dudas hubiera aplaudido Carlos Manzo, pues fue un Uruapan unido, sin distingos políticos, en un solo objetivo.


