Construido en la convergencia de avenida Constitución de 1814 y Francisco I. Madero, fue derribado en su totalidad este lunes.
POR J. JESÚS BEDOLLA NAVA, DIARIO ABC DE MICHOACÁN, 05 DE AGOSTO DE 2024.
Apatzingán, Mich. – El monumento a «La Ciencia y La Cultura» construido en la convergencia de avenida Constitución de 1814 y Francisco I. Madero, fue derribado en su totalidad este lunes para abrir espacio a la colocación de la efigie ecuestre a José María Morelos y Pavón, tallada por ordenes del presidente municipal con licencia, José Luis Cruz Lucatero.
El monumento a La Ciencia y La Cultura fue construido entre 1974-1975 bajo un concepto propio del extinto arquitecto Eduardo Barrera, en lo que antes era una curva entre las escuelas Secundaria «Constitución de 1814» y la escuela preparatoria «Adolfo Chávez», pero comenzó a ser mutilado durante el gobierno municipal de Roldán Álvarez Ayala, al ser recortada la glorieta para agilizar el tránsito vehicular. En ese tiempo se recortó la mano y el átomo que constituía.la idea principal del monumento.

Esta mañana cayó la segunda parte del monumento y abrirá paso a la colocación de la estatua ecuestre a Morelos.
En primera instancia el monumento a «La Ciencia y La Cultura» iba a ser en honor a «La Madre», pero se cambió desistió de hacerlo a la progenitora para destinar el lugar a la ciencia, bajo la idea fraguada por Leonardo Barrera.
Luego entonces el monumento a «La Madre» sería instalado en el jardín ubicado en la esquina de avenida Constitución de 1814 Norte y Donato Bravo Izquierdo, frente al lugar en qué permanecieron los juzgados penales, durante los últimos años.
La idea prosperó hasta la conclusión de la conclusión del jardín, pero.nunca cristalizó en la conclusión del monumento a la madre.
el derribo del monumento a «La Ciencia y La Cultura» se realizó con un traxcavo de pala y se realizó en unos minutos, para que quedarán atrás 50 años de la historia de Apatzingán.
Como monumento a «La Ciencia y La Cultura», vox pópuli, «Mano a la Huevonada» o «Mano Huevona», quedan atrás generaciones de apatzinguenses que disfrutaron de la efigie de Eduardo Barrera, en paz descanse.